Niña cascabel
Fue simiente.
La luz que alimentó
el lago de su cuerpo.
Y supo entonces
de rosas y de espinas.
Aceptó del tiempo,
el que deja huellas,
los miedos que,
velando sueños
duermen escondidos.
Ella ama su figura.
La soñaba y hoy
la tiene y la mira:
niña cascabel
hecha flor, quince años.
Alegre juventud,
juglar que ríe y canta.
¡Es su hija! ¡Y la ama!
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